Sedronar y “Los pasatiempos del fiscal”
Sonia Aiscar es Abogada por la Universidad Blas Pascal y Lic. en Trabajo Social por la Universidad de Luján. Actualmente es Subsecretaria de Abordaje Territorial, Relaciones Internacionales y Control de Precursores Químicos en Sedronar. Escritora nata, ha publicado recientemente su primera obra literaria: “Los pasatiempos del fiscal” (Visión 7 Cooperativa Gráfica).
Familia y estudio
Su primera carrera universitaria fue la Lic. en Trabajo Social pero siempre observó una carencia en materias relacionadas al Derecho. Por este motivo, en 2008 decidió comenzar la carrera de Abogacía. “Opté por la UBP porque fue la oferta académica que captó mi atención y me permitía estudiar a distancia sin quitarle tiempo a mi hija”, comenta. Sonia cursó la carrera a través del Centro de Educación a Distancia (CED) de Congreso, Buenos Aires, perteneciente a Comunidad Digital.
Del trabajo social a Sedronar
Estudiar Abogacía cambio rápidamente la inserción laboral de Sonia Aiscar. “En ese momento trabajaba en el Ministerio de Desarrollo Social de la Nación. Allí realicé trabajos territoriales durante más de 10 años”. Al terminar Abogacía en 2011, recibió una propuesta para trabajar en la Dirección de Asuntos Jurídicos del Ministerio. Dos años más tarde asumió como Subsecretaria de Abordaje Territorial, Relaciones Internacionales y Control de Precursores Químicos de Sedronar en donde dejó de lado las tareas de prevención y asistencia social, para dedicarse a actividades fundamentalmente jurídicas. Allí coordina políticas nacionales de lucha contra las adicciones y de prevención del desvío de precursores químicos. “Terminé trabajando de abogada y mi desafío es combinar lo jurídico con mi mirada social”, explica Sonia.
Su primer libro
La Ab. Aiscar siempre fue apasionada por la lectura y la escritura. Desde su rol de trabajadora social tiene escritos numerosos artículos de tipo académico. Hace ocho años escribió su primera novela “Los pasatiempos del fiscal” que fue publicada en 2015 bajo el seudónimo de Zaylén Azuaga, con la idea de reservar su nombre para publicaciones más académicas. “El seudónimo es traído desde adentro de la novela. Es un personaje que da a conocer la historia. La escribí hace mucho tiempo, ahora se me volvió demasiado parecida a nuestra realidad y me pareció un buen momento para publicarla. De alguna manera es una crítica a un poder judicial que me parece necesita replantearse ya que está cada vez más disociado de los problemas de la gente, de las personas de carne y hueso”, explica Sonia Aiscar. Sus planteos dentro de la novela fueron los que la llevaron a empezar a estudiar Abogacía. “Yo critico pero, ¿puedo hacer algo? ¿Qué hago con esto que critico? Creo que el derecho atraviesa la vida de las personas y es muy útil poder combinar mis dos miradas”, reflexiona.
La educación como herramienta
Como pasatiempo la Ab. Aiscar disfruta de leer y escribir y entre sus autores preferidos se encuentran García Márquez, Galeano y Saramago. “Leo y escribo. Descanso de una cosa haciendo la otra”, cuenta. “Me motiva hacer que la gente estudie y me parece que la UBP brinda las herramientas tecnológicas necesarias para salvar distancias y un sistema de acompañamiento virtual que brinda una oportunidad maravillosa. La educación abre muchas puertas. En mi experiencia laboral, siempre tuve más ofertas de las que materialmente tengo tiempo de hacerme cargo. La educación abre un abanico muy grande de oportunidades para elegir”.
Reseña de “Los pasatiempos del fiscal”, Zaylén Azuaga. (Sonia Aiscar)
Un fiscal que, aburrido de las instituciones, con la corrupción de la justicia y de la familia totalmente asimiladas, mata el tiempo investigando un caso ya resuelto, pero del que él desea saber más, por simple diversión o grave resolución del destino. A partir de un cuaderno de apuntes de un psicólogo que se ha suicidado y de su relación con una “testigo clave”, Sergio Vorniak irá atando cabos hasta descubrir una historia oculta que es la propia y la ajena, la de él mismo y la de todos. La angustia existencial atraviesa a estos tres personajes que toman la voz para narrar desde su experiencia, develar misterios, impedir el olvido. En la búsqueda de sentido propia de cada uno, se debatirán entre el bien y el mal, entre el principio hedonista y los inexorables sentimientos humanos de amor, culpa, desesperación. Pero la disconformidad y la visión crítica del mundo no será lo único que tengan en común. Historias que se cruzan, se repiten, se reproducen y se graban en memorias oportunamente selectivas.