El aprendizaje como experiencia emotiva: Neurociencias aplicadas a la enseñanza de idiomas

25 junio 2021

Mario Moya, director de la Maestría en la Enseñanza del Inglés de la Universidad de East London, es docente invitado en la UBP y fue asesor en el desarrollo del plan de estudios de la nueva Licenciatura en la Enseñanza del Inglés de la Casa. Con su largo recorrido en docencia e investigación, explica la importancia de alejarse de la tradición enciclopedista de la educación para fomentar – por el contrario –  un proceso de enseñanza-aprendizaje desde las Neurociencias. 

Desde Londres a Córdoba con la misma visión

Meses atrás, el Dr. Moya, un cordobés radicado en Inglaterra desde hace más de veinte años, se enteró por una colega que en la provincia se estaba por abrir la nueva formación de grado. “Me resultó muy interesante porque no hay demasiadas oportunidades en el ámbito de esta carrera a nivel nacional y fundamentalmente a distancia. Y digo fundamentalmente porque los tiempos de los profesores lamentablemente no son los mismos que los de otros trabajadores. La idea de poder generar este espacio de crecimiento profesional acomodado al tiempo de los docentes es genial” comentó. Al investigar y profundizar un poco más encontró muchas similitudes entre la Maestría que él dirige en Londres con la nueva carrera de la UBP

“Me resultó muy conocido y familiar, tenía exactamente la misma visión y el énfasis en la Neurociencia, la aplicación de la psicología positiva y de las emociones a la enseñanza del inglés. Por eso decidí contactarme para colaborar y nutrirnos mutuamente” comentó. 

Enseñar desde la transdisciplina

Mario aclara que suele haber una mala interpretación de la palabra Neurociencia por lo que explica detalladamente a qué hace referencia: 

“La Neurociencia ingresó al vocabulario por la década del 80 cuando se empezó a estudiar cómo funciona el cerebro cuando aprende. No solamente estamos hablando de la enseñanza y el aprendizaje de una lengua como una materia más, sino que estamos viendo al docente y al estudiante como personas que tienen la capacidad cognitiva y  al mismo tiempo tienen capacidad emocional y biológica. Estos elementos confluyen para generar espacios que son más efectivos en cualquier aprendizaje.

Este aprendizaje pasa por el nivel intelectual pero también emocional porque es una experiencia emotiva. Imaginate que podés lograr algo que ayer no podías, te sentís un poco realizado, eso es un impulso emotivo. Y al mismo tiempo, ese impulso produce reacciones químicas que te hacen sentir mejor”. 

El Dr. Moya afirma entonces que la Neurociencia aplicada a la enseñanza del idioma implica combinar diferentes tipos de metodologías y espacios tradicionalmente distanciados y sin relación entre sí.  “Y ¿Qué pasa cuando hacemos esas conexiones? Empezamos a ver actitudes más receptivas, el cerebro comienza a trabajar en la plasticidad, la información se recibe de manera más natural y el alumno va generando la condición de querer aprender un poco más, porque va descubriendo cosas nuevas. 

Tenemos una tradición muy enciclopedista en cuanto a la educación, nos manejamos con paradigmas que ya están muy obsoletos en el tiempo. Vivimos en una aldea global en la que el docente no es la única fuente de información. Hay cambios estructurales que están ocurriendo y se hace fundamental pensar en cómo afecta la calidad del aprendizaje. Por eso nos motivamos a mirar a las Neurociencias, el aprender no es aprender fechas, sino vivirlas, ponerlas en práctica y eso intentamos hacer”.

La Licenciatura aborda los contenidos con técnicas teatrales, plásticas, lúdicas, ejercicios físicos. Mario explica que: “desde la perspectiva de la neurociencia todo está relacionado con todo porque consideramos que el aprendizaje es una experiencia y como tal trasciende límites. No estamos enseñando fonética, vocabulario y cosas específicas en torno al lenguaje. Sino que, por ejemplo, relacionamos palabras con sentimientos, expresiones con entonaciones. Hacemos relaciones que inconscientemente están en el cerebro. Cuando relacionamos algo de Lengua con Arte o Educación Física estamos haciendo que las dos partes del cerebro, tanto el hemisferio izquierdo como el derecho, se integren. Por lo tanto hay mayor productividad a nivel neuronal lo que propicia el aprendizaje efectivo”. 

Su amplio recorrido académico

Mario comenzó sus estudios en Córdoba, es Lic. en Lengua y Literatura Inglesas y luego cursó una maestría en Lingüística Aplicada que tuvo que abandonar por cuestiones económicas a finales de la década del ´90. Al poco tiempo, las circunstancias lo llevaron a aplicar para una beca del British Council. “Fue una iniciativa que no pensé demasiado, porque es una beca muy competitiva, en la que únicamente hay 3 plazas disponibles para una cantidad impresionante de personas. Debido a que estaba en búsqueda laboral, me olvidé que había aplicado y un día al llegar a casa del trabajo vi un sobre, en ese momento decidí no abrirlo porque en mi mente significaba algo que había que pagar. Tres semanas después se me da por abrirlo y veo el logo del British Council. Fue muy curioso porque ese día se vencía el plazo para confirmar, recuerdo que lo abrí a las 3 de la tarde y se podía confirmar hasta las 5 de la tarde”. Dos semanas después, Mario partió hacia Londres y con esa beca comenzó a acercarse al estudio de lenguas extranjeras en Inglaterra.

Con el paso de los años, comenzó a apartarse de la Lingüística Aplicada y decidió realizar un MBA en Liderazgo y Gestión de Organizaciones. “Ahí es cuando empiezo a conocer la psicología positiva. Hice mi tesis en función a la inteligencia emocional de las organizaciones educativas y me doy cuenta de que la gente no tenía mucho conocimiento sobre cómo manejar emociones. Luego hice mi Doctorado en Educación con una Especialización en psicología positiva y volví a mi primer amor a la enseñanza de las lenguas desde esta perspectiva”. Años más tarde, en el 2015 asumió la dirección de la Maestría de la Enseñanza del Inglés de la Universidad de East London.