30/05 “El delicado equilibrio de los MBA: eficiencia y saber”
Diario Perfil. Artículo de Jorge Jaimez, Director de la Maestría en Dirección y Gestión de Organizaciones, que ofrece la CMS.
Link: El delicado equilibrio de los MBA: eficiencia y saber
Por Jorge Jaimez, Director de la Maestría en Dirección y Gestión de Organizaciones, Universidad Blas Pascal.
Los Master of Business Administration están creciendo en la Argentina. Entre el desafío de la efectividad del mundo corporativo y la formación teórica que ofrece la educación superior.
La formación universitaria en general y los MBA en particular transitan periódicamente ciertas visiones críticas desde diferentes entornos. En efecto, el sector empresarial suele cuestionar el ámbito académico, al que caracteriza como teórico y alienado de la realidad. A su vez, en ocasiones las universidades fortalecen su rol académico poniendo en tensión el pragmatismo demandado por las empresas.
Esta discusión contiene paradojas y desafíos. Por un lado, una mayoría significativa de empresas han sido creadas y gestionadas por personas que han obtenido grado y posgrados en las universidades. Por el otro, cuando las empresas integran nuevas personas en sus estructuras de dirección, incorporan profesionales universitarios con maestrías o doctorados, en algunos casos como requisito excluyente.
La duda que surge es si efectivamente las universidades están alienadas de las necesidades empresariales ya que la evidencia exhibiría, al menos de manera parcial, lo contrario. Sin embargo, también es lógico pensar que las universidades aportan capacidades a sus profesionales pero que, posiblemente, no lo estén realizando como sería necesario para el sector corporativo.
Por el lado de las empresas también se transitan paradojas. Si bien en general valoran el pragmatismo funcional de sus directivos, también requieren manager con capacidad de abstracción, de construir modelos, de imaginar escenarios, de poseer una perspectiva estratégica. En definitiva, tanto las universidades como las empresas contienen diferentes necesidades que exigen una revisión de sus funciones, sin perjuicio de ciertas particularidades que a mi criterio las Casas de Estudios Superiores no pueden ni deben abandonar.
MBA. Centrémonos ahora en los Master in Business Administration (MBA). Existen ofertas asociadas a perfiles académicos donde los estudiantes refuerzan contenidos teóricos aprendidos en la formación de grado con una vaga relación con la realidad empresarial. Claramente, este tipo de programas no agregan valor efectivo, más allá de otorgar un título de posgrado. La estructura académica tradicional que opera como compartimentos estancos y separados del ámbito de las organizaciones productivas conspira entonces con cualquier posibilidad de transferencia a los negocios.
En el otro extremo, existen MBAs con una orientación práctica, apostando a un entrenamiento en funciones y operaciones empresariales vacías de contenidos. La necesidad de atender la demanda de manera irreflexiva y pensando en el mercado de alumnos y no en la posibilidad de formar personas, torna a estos programas en una especie de tecnicatura avanzada que premia a sus egresados con herramientas de dudosa transferencia y con el título universitario comprometido. Ambos tipos de MBA, académico y técnico recíprocamente, son versiones fallidas que contribuyen al empobrecimiento de los posgrados, cuestionando el rol de las universidades a tal punto de volverlas irrelevantes para el ámbito organizacional.
Entonces, ¿qué MBA tendría validez y efectividad contemplando el papel de la universidad, los requerimientos empresariales y las necesidades de los estudiantes? Una de las conclusiones punteadas en el Global Education&SkillsForum (Dubai, marzo 2016), se refería a cinco capacidades que todo ejecutivo debe incorporar: proyectar el conocimiento, superando los límites de la disciplina; desplegar competencias socioemocionales; trabajar con grupos impregnados por la diversidad; aplicar conocimientos aprehendidos en contextos innovadores; y plasmar una visión global en todo su quehacer. Estos ejes nos permiten pensar en maestrías que contemplen estos aspectos articulando conceptos y prácticas sinérgica y sistémicamente. Así, el sujeto formado se incluye en un mundo donde el modo de aprender y operar funcionan indisolublemente.
Herramientas. Un MBA efectivo debe revisar su estructura, facilitando la lectura del entorno, produciendo una ruptura cognitiva en el estudiante, para que comprenda y asimile la complejidad de las decisiones, a partir de una visión doméstica e internacional de la política, la economía y la cultura. La trama del posgrado debe ser sistémica y progresiva que permita transitar una experiencia formativa articulada en el real funcionamiento empresarial con la pertinencia teórico-herramental aportada por la universidad.
Esta visión estratégica exige diseñar y gestionar procesos de cambio, incluyendo la innovación y la creatividad como aspectos clave de un management que se construye sobre personalidades flexibles. La administración estratégica, concebida indisolublemente desde el pensar al hacer, implica entender la tecnología, el liderazgo y los equipos de trabajo. En definitiva, requiere gestionar conflictos impregnados de dilemas y de decisiones complejas.
No menos importante es dotar a los formandos en dimensiones psicosociales que permitan analizar y operar los dominios no manifiestos de las organizaciones, como podrían ser: estructuras presuntas, diversidad cultural, las particularidades comportamentales, la naturaleza de los vínculos.
Todo esto nos lleva a formar en la inclusión como práctica directiva. Los líderes deberían gestionar la diversidad empresarial, teniendo en cuenta aspectos de género, orientaciones sexuales, grupos etarios, religiosos, étnicos y con diferentes valores sociales, porque es evidente que los equipos son cada vez más multiculturales y plurinacionales.
Finalmente, los programas que combinen educación presencial con e-learning flexibilizan el cursado y extienden su alcance a diversos públicos que, por razones de locación, les sería imposible cursar su maestría en un formato clásico. Sin embargo, la conformación del mix es imprescindible para garantizar tanto la pertenencia de los estudiantes a la universidad como la efectividad de la maestría. De lograr lo propuesto, nadie dudará de la importancia y relevancia de los MBA para el mundo de los negocios.
Contexto empresarial
Una Maestría en Administración de Negocios o Máster en Administración y Dirección de Empresas (Master of Business Administration en inglés, abreviado MBA) es un título académico de maestría, y por lo tanto de postgrado, en negocios.
En general, el primer año de un MBA está orientado a entrenar en el conocimiento del contexto empresarial y las funciones operativas de la empresa. El segundo año, es más especializado y busca capacitar en temas económicos y administrativos.
Existen variaciones en el formato de dichos programas en cuanto a su duración, contenido y método de enseñanza. Mientras que la duración puede variar de 1 a 3 años, los másters universitarios oficiales tienen una duración de dos años.