14/03/2015 “La tecnología amplía nuestras posibilidades”
La Voz del Interior. Entrevista a Diego Schmukler, director de la carrera de Arquitectura.
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Nacido en Capital Federal, Diego Schmukler estudió en la Universidad Nacional de Córdoba, de la que egresó como arquitecto en 1980. “En 1996, desarrollamos el proyecto académico de la carrera de arquitectura en la Universidad Blas Pascal y comenzamos las actividades en 1997”, recuerda. Arquitectura y diseño lo definen a él y a sus afectos: su esposa es arquitecta, y una de sus hijas diseñadora industrial.
—Me imagino que proyectaron su propia casa…
—La historia es así: la vivienda, diseñada en conjunto con mi esposa, fue originalmente un proyecto comercial; no estaba destinada para nosotros. Pero la crisis del tequilazo en 1995 obligó a un cambio de planes, y nos vinimos a vivir aquí. Con los años, sufrió trasformaciones y ampliaciones.
—¿Tu lugar favorito aquí?
—Depende de la actividad: para escuchar música, el estar; para trabajar, el estudio. Para otras cosas, están el baño y el dormitorio (risas). En colores, igual: no tengo uno favorito, en la casa hay contrastes y armonías. Con el tiempo, hemos variado la paleta, aunque hay una preferencia por los colores pasteles.
—¿Te inclinás por alguna línea decorativa?
—Tenemos tres muebles “antiguos”: una cómoda que contiene la televisión en el living y un sillón thonet (ambos de herencia familiar) y una pequeña mesita recién comprada. Como los colores, hacen contraste en un interior de carácter contemporáneo, heterogéneo, y cambiante. Cada tanto, solemos modificar la ubicación del equipamiento o los cuadros.
—¿Lo más característico de los interiores de la casa?
—La articulación de los ámbitos de estar, estudio, comedor y cocina: sin perder su identidad, fluyen en un espacio único, a consecuencia de la remodelación y ampliación de la casa original.
—¿Y de los exteriores?
—La integración con el interior de la vivienda, el aprovechamiento del espacio (es un jardín pequeño, de 6 x 9 metros), el tratamiento “seco” del solado (piedras y madera) y el verde en los muros: un característico patio urbano, que evita tener que cortar el pasto.
—¿Un aspiracional en casa?
—Me gustaría tener un loft con vista a las sierras en La Cumbre.
—Cambio de tema: ¿tu relación con los autos?
—Práctica y funcional: me interesa que sean cómodos y de buen diseño, en especial el interior. Aprendí a manejar aproximadamente a los 12 años, con mi padre. Me gusta conducir en la ciudad; en nuestras rutas, me aburro. Más que a un sentimiento, asocio el auto a la idea de independencia y movilidad y a la posibilidad de acceder adonde uno desea sin limitaciones. Pero no sé mucho de autos: me alcanza con saber cambiar las cubiertas.
—¿Qué autos has tenido?
—El primero fue un Citroën 3CV. Hoy, tengo un Nissan Tiida amplio y confiable, con el que estoy muy contento; sólo le mejoraría el equipamiento interior.
—¿Qué auto elegirías si no tuvieras límites de dinero?
—¿Uno solo? (risas) Si tuviera el dinero necesario, lo repartiría: un Mercedes Benz, por aquellos taxis “mechitas” de mi infancia, y un Mini Cooper, por capricho.
—Nuevo giro: ¿te gusta la tecnología?
—Me fascina; es el resultado del ingenio humano, que mejora nuestra vida y amplía nuestras posibilidades.
—¿Tecnología más bien para el trabajo o para el placer?
—Variado: escucho música en equipos de audio, me comunico por celular o redes de Internet, trabajo en una notebook, me muevo en autos cada vez más avanzados tecnológicamente….la tecnología abarca todos los campos de nuestra vida. Pero, aunque la disfruto, como a los autos, no me considero alguien de consulta en la materia. Mis dos hijas ya no viven en casa, y ninguna aceptaría consejos de mi parte en tecnología… ¡lo bien que hacen! (risas)
—Ping-pong de preferencias tecno: ¿Facebook o Twitter?
—Facebook, para enterarme de las novedades de familiares, amigos y conocidos: muchos viven en lugares lejanos y sólo los “veo” a través de ese medio. Y también para difusión académica.
—¿PC desktop o portátil?
—Utilizo una PC en la universidad; en casa, una notebook para el trabajo cotidiano y un iPad para la actividad en el aula y viajes.
—Para terminar: ¿celular con teclado físico o táctil?
—Hasta hace poco, tenía un Motorola con tapita, sin cámara de fotos ni Internet. Me servía para hablar, enviar y recibir mensajes, suficiente para mí. Asesorado por estudiantes que me cargaban por lo viejo del celular, me compré un iPhone: dijeron me cambiaría la vida, y todavía estoy esperando (risas). Tengo que aprender a usar todas sus virtudes, pero al menos manejo el WhatsApp….
Diego por Diego
“Tengo 60 años recién cumplidos. Vivo en el barrio Cerro Chico con mi esposa Susana Chernicoff, arquitecta. Mis hobbies son la música y viajar. ¿Una materia pendiente a esta altura de mi vida? Me gustaría escribir un libro sobre arquitectura, o viajes, quizás conducir un programa de radio sobre música y arquitectura. ¿Un sueño? Compartir una cerveza con Bob Dylan”.