22/09/2014 “Hay suspensiones, pero no despidos masivos”

22 septiembre 2014

La Voz del Interior. Entrevista a Julián de Diego disertante del Congreso Regional de RRHH organizado por la UBP.

 

Modelo sindical. Para De Diego, el sindicalismo debería cambiar para responder a nuevas demandas de los trabajadores.

 

El abogado laboralista Julián de Diego cuestionó las políticas económicas encaradas por el Gobierno nacional. Sostuvo que la única salida para recuperar el empleo es con crecimiento sustentable.

 

Para el abogado laboralista Julián de Diego, la recesión de la economía golpea con fuerza al mercado laboral, aunque con menos magnitud que durante la crisis de 2002 y 2013.

 

Con respecto a la conflictividad laboral, sostiene que el riesgo a perder el trabajo limitará las demandas laborales, a la vez que destaca los esfuerzos que hacen las empresas para retener a su personal más capacitado y experimentado.

 

Invitado por la Universidad Blas Pascal para disertar sobre “Los cambios en la legislación y en la jurisprudencia hacia un nuevo modelo sindical”, en el marco del 10º Congreso Regional de Recursos Humanos de la UBP, el abogado aseguró que el modelo sindical tradicional está en crisis y que deberá aggiornarse a la nueva realidad.

 

Junto al abogado laboralista, participaron del Congreso otros especialistas en recursos humanos, quienes expusieron sobre distintas temas.

 

–Tal como está planteado el escenario económico, ¿aumentará la conflictividad laboral en lo que resta del año?

 

–Actualmente, lo que se observa en todo el país es una buena cantidad de suspensiones, pero no despidos masivos. No estamos frente a un escenario catástrofe, porque esta crisis no es ni por asomo parecida a la de 2002-2013. En parte, porque durante seis o siete años el país creció al 8 por ciento anual, pero también hay un elemento muy valioso desde el punto de vista de los recursos humanos: las empresas valoran mucho a sus empleados con capacitación y experiencia, por lo que están dispuestos a hacer sacrificios para conservarlos.

 

–¿La actividad gremial es más limitada en este escenario de recesión?

 

–En este escenario, los conflictos sindicales tienen muchas limitaciones, porque está en riesgo el trabajo. Por eso, los conflictos sólo se ven en empresas en estado terminal, con problemas serios. Un dato para destacar es el poco éxito que tienen hoy las grandes movilizaciones como la realizada por (Hugo) Moyano y (Luis) Barrionuevo. Y fracasan porque el modelo sindical, centralizado, con los grandes dirigentes, que en otra época eran los líderes de opinión y tenían gran poder de movilización, hoy está totalmente fracturado, horizontal y verticalmente. La realidad cambió, pero el movimiento obrero se mantuvo con una misma estructura, basada en la ley del gallinero. Entonces, hay un desfasaje entre la dirigencia tradicional y las nuevas demandas de los trabajadores.

 

–¿Cambiará el modelo sindical para responder a las nuevas demandas?

 

–Deberá hacerlo. El mundo del trabajo cambió, sobre todo a partir de la incorporación de las nuevas tecnologías, mientras que el movimiento sindical no ha logrado aún adecuarse a esta nueva realidad. El movimiento sindical está como fuera de foco, desorientado, porque no sabe cómo llegar a la gente. Esa adecuación es lo que está fallando, sumado a otros problemas, como la falta de transparencia y democracia en las instituciones gremiales.

 

Más recesión, menos empleo

 

–¿La nueva ley de Abastecimiento profundizará la recesión? ¿Cómo impactará en el mercado laboral?

 

–Todo lo que implique paralizar la economía va a producir efectos negativos en el mercado laboral. El Gobierno tiene que darse cuenta que los equipos que trabajan en el área de economía están fuera de foco, improvisando. Este Gobierno ha entrado en un embudo de ineficiencia con autoconvencimientos dramáticos de naturaleza ideológica y hasta psicológica, que son explicables solamente por un psiquiatra. La única forma de terminar con la pobreza, la indigencia y la marginalidad es con crecimiento económico.

 

–En estos años, ¿se avanzó en la legislación laboral?

 

–Lamentablemente, no. La legislación laboral se debería haber ocupado de temas como las nuevas tecnologías y modalidades de trabajo, pero, a pesar de que hubo iniciativas muy buenas, nunca hubo vocación política para aprobar esas normas. La legislación, en lugar de modernizarse, se retrasó.

 

–Cada vez se amplía más la brecha entre el salario formal y el informal, ¿se puede revertir esa situación?

 

–No sólo se amplía la brecha entre el empleo en formal y el informal, sino que además el Gobierno nacional pulverizó en un año todo el esfuerzo que hizo por mejorar esa brecha, ya que la retraer la economía el primer refugio de la Pyme es el trabajo en negro, y la gente lo acepta porque tiene miedo de perder su empleo.

 

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